Por: Claudia Delgado G.

Si te dicen que tu hijo nacerá sin cerebro, perdiste. Si no tienes dinero para ir a una clínica costosa y deshacerte de un “problemita”,perdiste. Y si el gran conocedor de lo bueno y lo malo, Juan Luis Cipriani, se opone a  que una mujer decida sobre su cuerpo, también.

No se trata de no asesinar, se trata del derecho que cada persona tiene sobre su cuerpo. Los curas pederastas asesinan la inocencia de sus víctimas y los marcan de por vida. ¿Las mujeres que llevan en el vientre un hijo no deseado o con malformaciones que no lo permitirán vivir más de una semana, deben ser condenadas?

Cipriani sostiene un firme “¡No al asesinato!”, pero ¿se ha puesto a pensar qué clase de vida puede llevar un niño que nace gravemente enfermo o refleja en su rostro la cara de un violador que se llevó a la fuerza a su madre por unos cuantos minutos de placer?

Aunque la Ministra de la Mujer, Aída García Naranjo, afirme que desde 1924 está despenalizado el aborto terapéutico, en el 2001 una joven no pudo abortar, a pesar de llevar en su viente a un feto anencefálico. ¿Fue justo? No. ¿Recibió alguna compensación por el dolor de ver a su hijo muerto a los tres días de nacer? Tampoco.

Mientras Cipriani le pide al presidente Humala que reafirme su postura de defensa a la vida desde la concepción y acusa a las ONG de promover el aborto terapeútico, muchas mujeres pasan duros momentos buscando dónde abortar y cómo hacerlo.

Quizás si Cipriani se colocara, solo por algunos momentos, en los zapatos de estas confundidas mujeres que, por diversos motivos, terminaron en un estado en el que nunca quisieron estar, entendería. Resulta ilógico cómo es la misma iglesia, la que defiende la vida a capa y espada, es la que se opone, también, a los métodos anticonceptivos. Nada más ilógico. No quieren que hayan abortos, pero sí métodos tan poco efectivos como los del ritmo.

No Cipriani, abortar no es sencillo. Legalizar el aborto no abre las puertas a todas las mujeres que quieran abortar por mera “diversión”. Dudamos mucho que habrán colas de mujeres esperando abortos al paso o abortos 2×1. No te regalarán un aborto gratis por cada tres abortos que te hagas. Después de abortar la carga psicológica es enorme, pero tener un hijo que viene a un mundo cargado de pensamientos como el de Cipriani, es peor.

El aborto- Frida Kahlo